Sentí el ardor de una herida abierta,
estaba el ángel ahí tirado,
y en sus ojos habló la tristeza.
No me mires así,
Dios me ha hecho para caer,
y no sientas pena por mí,
tal vez vivir cueste el pecado,
y si todo lo soñado,
no vive en la realidad,
es el ángel que te cuida,
el que ves caído acá.
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