Después de un tiempo, un par de cagadas, un par de chismes, mas de un par de lagrimas, un par de canciones, algunas frases y palabras que en algún momento se van a borrar, entre otras cosas que seguramente no me entere o no les preste atención porque no quise... me doy cuenta de algunas cosas y me pregunto muchísimas otras.
Me di cuenta de que pase mucho tiempo esperando algo, concretamente no se que era, pero en el fondo sabia que no tenia que esperar, que tenia que poner puntos finales y escribir nuevos capítulos sobre otras cosas por mas que parezcan menos interesantes en ese momento. Pero claro que es mucho mas fácil engañarte en ciertos momentos, vivir un mundo de sueños, pero un sueño no te va a dar nada. Y menos si no haces algo para conseguir que se cumpla, nadie va a regalarte el cielo por mas que sueñes todos los días con el. Así no funcionan las cosas.
Me di cuenta de que la soledad a veces es buena compañera y muchísimo mejor consejera, que nadie me diga lo contrario. Que el tiempo no siempre tiene las respuestas que queremos escuchar pero siempre sabe decirnos que hacer. Que lo bueno de tocar fondo es que no se puede ir mas abajo. Que la confianza es lo más valioso que una persona puede depositar en nosotros y no hay error más grande que traicionar esa confianza. Que a veces vale la pena sufrir un poco. Que la felicidad no te la da alguien. Que los cambios son siempre para mejor aunque nos duelan en el alma. Que hay que cuidar el pasado. No hay que vivir en el pasado, pero tampoco borrarlo o intentar olvidarlo porque añorar el pasado es correr tras el viento y los que no pueden recordarlo están condenados a repetirlo. “No desprecies el recuerdo del camino recorrido. Ello no retrasa vuestra carrera, sino que la dirige; el que olvida el punto de partida pierde fácilmente la meta.”
Me di cuenta de que a veces hacemos las cosas demasiado mal a pesar de que nuestras intenciones sean las mejores, que a veces con pedir perdón no alcanza. Que hay cosas en la vida que no tienen vuelta atrás y hay que dejarlas ir. Que dejar ir no significa bajar los brazos, sino tener la capacidad para poder entender que las cosas no siempre son como uno quiere, que lo que queremos no puede ser.
Mas alla de las cosas y las personas que se vayan de nuestro lado, de las que saquemos y de las que dejemos ir.. hay que ver todo lo que si tenemos con nosotros. No hay que dejarnos vencer por el desaliento, ni por el miedo. Y no permitamos nunca que nadie nos quite lo que es nuestro. Y sobre todas las cosas: Nunca abandonemos las ansias de hacer de nuestra vida algo extraordinario.
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