Tengo la seguridad de que no me va a alcanzar el tiempo para hacer todo lo que quisiera. Siento que estoy perdiendo minutos, horas, días y años. Que cada día quiero hacer mas cosas y, sin embargo, sigo parada en el mismo lugar.
Quiero cargar en una mochila todo eso que tengo ganas de hacer, ver, sentir y vivir. Guardar todo, cerrar, cargarla sobre mis hombros y salir. Necesito retarme a mi misma y hacerme entender que el tiempo no para. 

Intensidad. Esa es la palabra. Necesito intensidad. 

El tiempo que ya no es oro

Tengo problemas con esta pelotudes de la perdida del tiempo. Me enferma ser consciente de que lo pierdo en pavadas, en personas que no valen ni medio minuto o en la nada misma, que es lo peor.
Hoy particularmente, me siento mas pelotuda que de costumbre.


* Frustración, bronca, bronca y mas bronca por mi error.

Sigo despidiéndome.

Llegamos finalmente al ultimo sábado de mis ultimas vacaciones de invierno, volveré al colegio a despedir a mi ultimo segundo trimestre. Iba a salir con las chicas pero algo me retuvo en mi guarida, estoy enferma y haciéndole la despedida a una nueva parte de mi cuerpo que se va a ir.

Es espantoso tener amigdalitis, ni hablar si te agarro tres veces en el año, así que el medico cree muy necesario sacarme las amígdalas. Las sigo despidiendo chicas, las quise siempre... hasta que me generaron dolor. Se me fue el cariño a la mierda. Gracias por nada.

Nuestra maquina del tiempo.

Hay mucha gente que dice que si pudiera volver el tiempo atrás cambiaría cosas, otras que dicen que no lo harían porque gracias a eso llegaron a lo que son hoy. Yo no se si cambiaría algo o lo volvería a repetir todo tal cual lo hice, pero lo que se es que si todo volviera a empezar lo arruinaría una vez mas.